miércoles, 29 de agosto de 2007

5.2. ESPERANZA DE FUTURO


Norbert Lohfink descubre en los cc. 30-31 un poema de siete estrofas (30,5-7.12-15.18-21; 31,2-6.15-17.18-20.21-22) que anuncia al Norte un futuro nuevo y lo invita a unirse al Sur, aceptando su rey (Josías) y su santuario (Sión). Según Lohfink, resulta inevitable hablar de Jeremías como de un "propagandista del rey Josías y de su política".
Ofrezco su reconstrucción con un breve comentario: tras describir la situación trágica en la que se encuentra el pueblo (1ª estrofa) y justificarla por sus muchos pecados (2ª), el profeta anuncia un cambio de situación (3ª) y anima a los israelitas a marchar a Sión/Jerusalén (4ª). En ese momento, las palabras consoladoras son interrumpidas por la queja realista de la matriarca Raquel, que llora la pérdida de sus hijos; se le promete que volverán del destierro (5ª). Con un cambio de imagen, quien habla ahora es Efraín (epónimo y símbolo del pueblo), pidiendo a Dios la capacidad de convertirse; y éste reacciona con palabras parecidas a las de Oseas: "¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión" (6ª). El poema termina dirigiéndose a Israel como muchacha, invitándola a volver y asegurándole un futuro feliz y fecundo.

1ª estrofa: situación trágica
Así dice el Señor:
Gritos de pavor hemos oído, de terror y sosiego.
6 Preguntad y averiguad: ¿Es que da a luz un varón?
¿Qué veo? Todos los varones, como parturientas,
las manos a las caderas, los rostros demudados y lívidos.
7 ¡Ay! Aquel día será grande y sin igual,
hora de angustia para Jacob.
Pero saldrá de ella.
2ª estrofa: Por tus muchos pecados
12 Así dice el Señor:
Tu fractura es incurable, tu herida está enconada,
13 no hay remedio para tu dolencia ni cura que cierre tu herida.
14 Tus amantes te olvidaron y ya no te buscan,
porque te derrotó el enemigo con cruel escarmiento;
por la masa de sus crímenes, por tus muchos pecados.
15 ¿A qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable;
por la masa de tus crímenes, por tus muchos pecados
te he tratado así.
3ª estrofa: Cambiaré tu suerte
18 Pues así dice el Señor:
Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob,
compadecido de sus moradas;
sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad,
su palacio se asentará en su puesto;
19 resonarán allí himnos y rumores de fiesta;
los haré crecer y no menguar,
los honraré y no serán despreciados.
20 Serán sus hijos como antaño,
asamblea estable delante de mí;
21 castigaré a sus opresores,
de ella saldrá su príncipe,
de ella nacerá su jefe, y yo lo acercaré hasta mí;
¿quién, si no, osaría acercarse a mí?
4ª estrofa: A Sión
31 2 ‑Así dice el Señor:
El pueblo escapado de la espada alcanzó favor en el desierto:
Israel camina a su descanso, 3 el Señor se le apareció desde lejos.
Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi lealtad;
4 te reconstruiré y quedarás construida, capital de Israel;
de nuevo saldrás enjoyada a bailar con panderos en corros;
5 de nuevo plantarás viñas en los montes de Samaría,
y los que las plantan las cosecharán.
6 "¡Es de día!", gritarán los centinelas en la sierra de Efraín,
"en pie, a Sión, a visitar al Señor, nuestro Dios".
5ª estrofa: Queja-esperanza (Raquel)
15 Así dice el Señor:
Oíd, en Ramá se escuchan gemidos y llanto amargo:
es Raquel, que llora inconsolable a sus hijos que ya no viven.
16 Pues así dice el Señor:
Reprime tus sollozos, enjuga tus lágrimas ‑oráculo del Señor‑,
tu trabajo será pagado, voverán del país enemigo;
17 hay esperanza de un porvenir ‑oráculo del Señor‑,
volverán los hijos a la patria.
6ª estrofa: Lamento-perdón (Efraín)
18 Estoy escuchando lamentarse a Efraín:
Me has corregido y he escarmentado, como novillo indómito;
vuélveme y me volveré, que tú eres mi Señor, mi Dios;
19 si me alejé, después me arrepentí,
y al comprenderlo me di golpes de pecho;
me sentía corrido y avergonzado
de soportar el oprobio de mi juventud.
20 ¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto!
Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello,
se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión
‑oráculo del Señor‑.
7ª estrofa: Invitación a volver
21 Coloca mojones, planta señales,
fíjate bien en la vía por donde caminas,
vuelve, doncella de Israel, vuelve a tus ciudades,
22 ¿hasta cuándo estarás indecisa, muchacha esquiva?,
que el Señor crea de nuevo en el país,
y la hembra abrazará al varón.
NOTAS

N. Lohfink, "Der junge Jeremia als Propagandist und Poet": BETL 54 (1981) 351-68.

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