martes, 21 de agosto de 2007

2. MUCHOS DATOS... PERO ¿SEGUROS?

Aparentemente, Jeremías es el profeta cuya vida conocemos mejor. Este profeta no se limitó a trasmitir la palabra de Dios; también nos legó su palabra, sus dudas, inquietudes y temores. Su personalidad aparece así como una de las más sugestivas del Antiguo Testamento. Además, numerosos textos hablan de las vicisitudes por las que atravesó, y bastantes otros han sido datados por los redactores o editores del libro. El cuadro siguiente los agrupa por colores según el reinado: Josías (627-609), Joaquín (609-598), Sedecías (598-586) y después de la caída de Jerusalén.

627/626

vocación (1,4-10)

627-609

predicación a Israel (3,6-13)

609

oráculo sobre Joacaz (22,10-12)

609/608

discurso del templo (7,1-15; c.26)

605

oráculo contra Egipto (46,2-12)
discurso sobre la conversión (25,1-11)
redacción y lectura del volumen (c.36)

palabras a Baruc (c.45)

598

palabras sobre Jeconías (22,24-30)
los dos cestos de higos (c.24)
carta a los desterrados (c.29)
oráculo contra Elam (49,34-39)

594/593

contra la rebelión (cc.27-28)
maldición de Babilonia (51,59-64)

587/586

duranteel asedio (21,1-10; 34; 37-39)
preso en el atrio de la guardia (32-33; 39,15-18)

586

después de la caída de Jerusalén (cc.39-40)


Basta un simple vistazo para advertir varios datos extraños:
1. En la época de Josías (dieciocho años según los redactores) sólo tenemos un oráculo fechado, aparte del relato de la vocación.
2. De los años 609-606 sólo tenemos dos intervenciones.
3. La actividad aumenta el año 605 (en el que tiene lugar la trascendental victoria de Nabucodonosor sobre los egipcios en Carquemis).
4. Sin embargo, no se fecha ninguna intervención en los seis años siguientes (604-599).
5. En el 598, cuando ocurre la primera deportación a Babilonia, aumenta la actividad.
6. Pero poseemos poquísimos datos de los diez años siguientes (599-588).
7. Durante el año y medio del asedio de Jerusalén es cuando se cuentan más anécdotas sobre la vida de Jeremías.
Estas lagunas demuestran que no se puede escribir una biografía completa de Jeremías. Además, algunos autores niegan valor histórico a muchos de esos relatos sobre el profeta; por ejemplo, R. P. Carroll, en su estudio From Caos to Covenant, en su comentario al libro de Jeremías y en otra serie de artículos juzga tan imposible reconstruir la vida de Jeremías como reconstruir la vida de Macbeth a partir de la tragedia de Shakespeare.

La postura más opuesta la representa W. L. Holladay: en su comentario de la serie «Hermeneia» y en su artículo "The Years of Jeremiah's Preaching": Interpr 37 (1983) 146-59, se basa en la lectura del libro de la Ley cada siete años para organizar y distribuir los textos que contienen la predicación del profeta.

Entre estas dos posturas extremas considero posible una intermedia. Aunque es preferible pecar de escéptico a pecar de ingenuo, creo que la reconstrucción histórica, con todo lo que tenga de hipotética, ayuda a comprender mejor una serie de textos del libro de Jeremías.

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